sábado, 29 de julio de 2017

Emociones

Acabo de hacer pública una entrada que tenía en borrador desde 2016. El punto es que desde ese entonces caí en un mar de emociones qué ciertamente aún no logro controlar del todo, sí, no del todo. Cada día que pasa aprendes más y al mismo tiempo puede que caigas y llores. Es normal, eres humano; sientes y padeces.
Llegó a mi vida alguien que me está enseñando a controlar y a descontrolar mis emociones, mi bebé. Miguel Ángel, mensajero de Dios, tiene una mirada cautivadora, te mira fijamente como diciéndote: tranquila mami, yo estoy aquí y yo me derrito; como no amarlo, es mi hijo. No niego que hormonalmente he sido un caos, lloré, ufff... no tienes idea de cuanto. No saber que necesita alguien tan pequeño es agotador, quieres estar ahí para él en todo momento, acurrucarlo, besarlo. abrazarlo, sí, puros mimos. Mismos que solo son para él y, el punto es que emocionalmente no solo estás tú, sino también está el papá, quien te necesita también como MUJER, detallito verdad. Papá que necesita de tu atención y que le eches algunos "mimos". 
El reto del cambio está en encontrar equilibrio, no solo de ser mamá y esposa. Ja, ser mamá es ahora primero. Es encontrar equilibrio entre ser, Mujer, sí, mujer primero, mamá y esposa. Y no porque me de el primer lugar significa que descuide mis otras dos vitalidades, no. Te explico a ti y al mismo tiempo me lo reafirmo. Ser mujer es estar bien contigo, es atenderte para poder estar bien para ellos. Si emocionalmente no te sientes bien tú, sino haces un poco de eso que te place no podrás complacer. Claro, equilibrio emocional, tampoco me voy a ir de viaje sola, aunque quisiera, solo por placer. Eso sería egoísmo. 
Entonces, es darte mimos a tí, mujer. Es darle mimos a tu bebé y darle mimos a tu esposo. Quien si habla y exije, y no de la misma forma que Miguel, no. 
Mis emociones son una cosa, las tuyas son otras, pero sabes qué, todas, absolutamente todas te afectan a ti y afectan a quienes te rodean. Injusto o no es así. 
Aún sigo aprendiendo y encontrando equilibrio, me llevó unos meses entender que debo estructurar mi tiempo para complacer. 

Los cambios no son fáciles

Cambiar de ropa es trivial, tan común como de peinado, solo por sentirte diferente. En cambio hay otros que ameritan discusiones largas y sabes que debes consultar cada paso, elegiste estar al lado de un compañero y para eso es, para que entre dos tomen las decisiones más trascendentes de sus vidas.

Hace un año, cerca de estas fechas de abril ya el viaje de nuestras vidas había tomado su rumbo, reunir todo el dinero posible para salir de nuestra zona de confort por buscar nuevos horizontes que nuestra tierra no nos permitía.

Dios nos dio su gracia en una lluvia de bendiciones el 18 de julio, una lluvia que jamás olvidaré, primer cambio de nuestras vidas, nuestra boda. Una aventura pequeña en nuestra tierra que duró unos cinco meses y para sorpresas de año nuevo dio frutos que aún está dentro de mi.

Nunca sabes que tan vulnerable estarás hasta que estás solo. Ya lejos de todo aquello que te hizo ser quien eres hoy, lejos de esos seres a quienes amas y sabes que por un largo tiempo no los verás más y entras en nostalgia. Es un conflicto inmenso lo que sucede en tu cabeza, tener la certeza de que en tu casa estarás feliz, pero, este bendito pero que modifica todo lo anterior, pero allá no podrás tener la calidad de vida que necesitas para tu familia. Esa misma calidad que te permite caminar por las calles sin la preocupación de que te quitarán el celular o te matarán en el intento.

Las noches se hacen más largas, aún cuando quieres ser fuerte hay algo más intenso que tú y te hace caer en un mar de lagrimas. Esto quizás no pasará los primeros días, ya que te deslumbras porque las cosas funcionas y ves algo de luz al final del camino, tranquilo recién comienza la aventura. Explorando.

No a todos les caerás bien, eres el extranjero que viene a quitar algo que les pertenece a los nativos. Y de una vez te preguntan viene como turista o a quedarte. Respondes a quedarte y hay quienes te mirarán mal y otros te alentarán. Respiras hondo, no todos son así.

Buscar en donde vivir es tan importante, es lo primero que necesitas para ubicarte. Buscas que te permita ahorrar y que no sea tampoco tan lejos. Pues no conoces y te aterra estar trasladándote tan tarde por esas calles que recién te ven pasar. Cuando consigues algo que se adapta a tu presupuesto sentirás que no es lo que te mereces. Todo comienzo es duro, mucho.

Buscar empleo es un tema crucial, buscarás hasta debajo de la mesa, para algunos será fácil hallar, para otros no, viene la desesperación, las deudas se acercan y no sabes que hacer. Caes, te preguntas, ¿qué hice mal? ¿de verdad soy buena en lo que hago? te cuestionas todo. Lloras, lloras sola, acompañada, te quieres regresar a tu casa y el dilema de ¿Qué hago para conseguir dinero? Pero no debo regresar, no porque te vean como una fracasada, sino porque debes seguir intentando. Un mes no es suficiente para desistir de todo lo que por dos años has trabajado y ahorrado para un futuro mejor.

Esto debía estar publicado en abril 2016, hoy, 29 de julio de 2017, no he cambiado una palabra.