jueves, 22 de septiembre de 2011

Blanco amor, negra pasión

Amo tu forma de amarme

Amo tu mirada y tu forma de tocarme.

De ti amo tu ímpetu y también tu nobleza.

En ti puedo diferenciar cuando me acaricias solo para saberte ahí y cuando lo haces con más fuerza con la intención implícita de querer estar dentro de mí.

Amo en ti cuando me amas y me enamoras, amo que me ames hasta morir.

Amo tus matices serenos y tranquilos porque me siento única entre el blanco y el negro.

Estoy en medio del blanco amor y de la negra pasión.

Lo mejor, eres el blanco-oscuro de un mismo valor.

domingo, 29 de mayo de 2011

Si muero hoy...

Si muero hoy, me iré feliz porque conocí la tristeza y reconocí la alegría a tu lado; son tus ojos los que me develan tu tranquilidad al verme partir.

Si muero hoy, muero feliz porque conocí el frenesí de tu amor.

Si muero hoy, lo haré con una sonrisa en la cara porque me enseñaste el amor.

Si muero hoy, moriré feliz porque me hiciste reír como a ninguna.

Si muero hoy, partiré tranquila porque me enamoré de ti y sé que me amaste, no en tu tiempo, si en el mío. Si hoy es mi hora, me iré con lágrimas de alegría de saber que me hallaste.

Si muero hoy, lo haré feliz porque entre tus brazos supe que se puede volar sin alas.

Y Si muero, moriré en tu amor y daré gracias a Dios por irme feliz.


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Me equivoqué...

Si algo aprendí de ti fue que no vale la pena luchar por lo que no se tiene, por lo que nunca se tuvo.

Nunca me diste indicio de lucha hacia a mí, nunca buscaste mi amor, sólo mi cuerpo.

Aunque nunca lo haya dicho de manera sonora, tú, amor no mío, me heriste tan adentro como nadie. A ti me entregué a pocas horas de mi veintena, no lo puedo negar, horas que nunca olvidaré, pero de que me sirven si no tengo tu atención.

Dudo mucho poder afirmar que sientes lo mismo.

Dudo mucho que en algún momento sentiste amor, sólo deseo.

Tus ojos mienten perfectamente, tan perfecto que creí llegar al amor a tu lado.

Me equivoqué una vez más, porqué ellos no mintieron, fui yo quien no quiso aceptar la verdad tan evidente que estaba ante mis ojos… una que me golpeaba cada vez que estaba en tu terreno.

Cada lágrima en tu nombre la sentí como ninguna, no sé que sucedió en mí. Eres mi huella imborrable, una que quisiera borrar. Pero el tiempo es el mejor justiciero y sólo él te dirá lo errado que estás.